Desde la Antigua Grecia se conoce que al frotar ámbar con una piel, ésta adquiere la propiedad de atraer cuerpos ligeros tales como trozos de paja y pequeñas semillas. Su descubrimiento se le atribuye al filósofo griego Tales de Mileto, quién vivió hace unos 2500 años.
Trescientos años después el también griego Teofrasto estudió este fenómeno y descubrió que existen otras sustancias aparte del ámbar que tienen la propiedad estática de atraer objetos al ser frotadas.
El médico inglés William Gilbert (1540 – 1603) observó que algunos materiales se comportan como el ámbar al frotarlos y que la atracción que ejercen se manifiesta sobre cualquier cuerpo, aún cuando no fuera ligero. Como el nombre griego correspondiente al ámbar es elektron, Gilbert comenzó a utilizar el término eléctrico para referirse a todo material que se comportaba como aquél, lo que originó los términos electricidad y carga eléctrica.
Benjamin Franklin quién al estudiar estos fenómenos descubrió como la electricidad de los cuerpos, después de ser frotados, se distribuía en ciertos lugares donde había más atracción; por eso los denominó (+) y (-).
Hoy Sabemos que un cuerpo «cargado» positivamente tiene deficiencia de electrones respecto a su estado natural neutro y que un cuerpo «cargado» negativamente tiene abundancia de electrones superior a su estado neutro.
En los siguientes videos podrás conocer a otros que ayudaron a desarrollar a la electricidad:
La Historia de la Electricidad Parte 1 (58′)
La Historia de la Electricidad Parte 2 (64′)
La Historia de la Electricidad Parte 3 (58′)
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